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    Zinnia

Standard Daytime - DMC4 OST
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Después de demasiado tiempo sin ningún avance en la preparación de su guerra personal contra Mundus, al fin había ocurrido algo que le permitiría estar un paso más cerca de su objetivo, asesinar al Príncipe de las Tinieblas. Vergil, sin siquiera buscarlo, se toparía con uno de los generales de su mayor enemigo que a saber cómo apareció en el mundo humano. ¿Qué más daba? Lo que le importaba es que podría quitarse un poderoso enemigo de encima, lo cual siempre viene bien.

 

Situémonos. Vergil se halla a las afueras de la ciudad en la que tiene el Devils Never Cry, pues ha recibido un encargo que supone eliminar a unos cuantos demonios menores de los que se deshizo sin apenas esfuerzo, sin saber que había sido guiado a una trampa. Poco le importó, a Vergil cuando sus enemigos le tienden esta clase de emboscadas suele servirle como entrenamiento o incluso lo ve como que se está quitando potenciales amenazas de en medio. Esta vez, sin embargo, tardaría un segundo en reaccionar al ver qué es lo que han enviado para acabar con él. ¿Cómo es posible que el calmado, frío y calculador Vergil pierda durante un instante el control de la situación quedándose asombrado por algo? Sencillo, porque en la demonio que tenía delante, emite un aura que conoce demasiado bien.

 

Aquella demonio en realidad habría parecido una humana si no fuera por el rojo color de sus ojos, sus cabellos albinos largos y sedosos y aquellos grandes cuernos también rojos. Su vestimenta japonesa llamó la atención del hijo de Sparda, quien no pasó por alto la naginata que portaba su enemiga. Pero, como ya se señaló, lo importante de esta mujer no eran sus bien proporcionadas curvas ni las lágrimas que derramaban sus ojos rojos mientras se acercaba a Vergil. No, lo importante era su aura, un aura que Vergil reconocía perfectamente, pues fue la suya durante muchos años. El aura de esta demonio emitía el inconfundible brillo de aquellos que son dominados por otra persona, de aquellos a quienes Mundus ha sometido a torturas y horrores que es mejor no contar para negar sus voluntades y someterlos a su control, creando así sus generales más leales, al menos en teoría. Por experiencia propia, Vergil sabe que la única manera de liberar a la albina del control de Mundus es matándola, como le pasó a él. Aunque claro, duda que ella tuviera preparada una posible forma de volver de entre los muertos como sí tuvo él. Sea como fuere, Vergil estaba dispuesto a liberarla de sus cadenas. Eso sería un golpe duro para Mundus en dos frentes, por lo que la decisión estaba tomada.

 

-Esto tal vez sea divertido. –Murmuraría el albino, preparándose para iniciar el combate.

Shadow Ninja - Epic Japanese Music
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Aquella naginata sería el menor de los problemas del albino, pues a medida que va avanzando el combate la mujer muestra la capacidad de hacer desaparecer ese arma y aparecer otras, o transformarla, no lo tiene muy claro; creando así situaciones en las que Vergil tiene que tener cuidado de observar a qué arma cambia su rival, en un estilo relativamente similar al que utiliza él mismo. Lo primero a lo que se tuvo que enfrentar fue la naginata, pero no tuvo mucho problema con ello al ser más rápido y poder aprovechar los huecos que generaba cada ataque. Por suerte, la albina reaccionaba rápido y como él no estaba usando todo su potencial al final sus ataques no impactaban, pero se podía ver que él llevaba la ventaja. Como aquello no funcionaba, su enemiga decidió cambiar a un arco, reposicionándose para lanzarle a Vergil flechas flamígeras  que le era demasiado fácil predecir y esquivar. Le tomaría poco tiempo llegar a una distancia en la que el arco fuese inútil, momento en el que ella cambiaría de nuevo, esta vez a una katana.

Algo no iba bien, al menos Vergil lo creía así. No creía haberse hecho lo bastante poderoso como para que uno de los generales de Mundus le costase tan poco, le pareciera tan débil. No, algo estaba fallando y se lo haría saber a su oponente tras enviarla hacia atrás en un intercambio de ataques de sus katanas en el que él fue claramente superior.

 

            - No es tan divertido si te contienes.

Fight For Your Freedom - Fairy Tail 2016 OST
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Un sonoro “cállate y pelea” dicho por una voz rota y una mujer deshecha en lágrimas rompería toda la epicidad del momento, mas por suerte llegaría un punto en el que se recuperaría. Ahora aquella mujer demonio atacaba con algo más de encanto, le lanzó varias flechas que explotaron al contacto con el suelo, creándole una gran ocasión para pillar a Vergil casi con la guardia baja,  forzándole a reaccionar y bloquear la katana ajena con la suya propia en el último segundo y teniendo que esquivar un rápido cambio a la naginata saltando hacia atrás para recuperar la distancia. Desde aquí, Vergil creará sus espadas de energía como contramedida para bloquear las flechas que le lanza su rival, pudiendo así volverse a acercar para obligarla a cambiar a la katana y aprovechar su velocidad superior para poder crear la apertura que le permitirá asestar unos cuantos cortes hilados con un par de golpes de Beowulf en una combinación que seguro habría hecho bastante daño a la demonio.

A esto ella responderá lanzándose desde arriba con la naginata envuelta en llamas, lo cual  Vergil ve más lógico esquivar. Su idea principal era echarse a un lado y contraatacar con un Judgement Cut, pero si lo hace no sabe hasta dónde llegarán las llamas al impactar contra el suelo. Hizo bien en emplear ese tiempo en apartarse más, pues alrededor del área de impacto de la hoja de la naginata se creó un área de llamas que habría hecho daño a Vergil si se hubiera quedado. No le dio tiempo a ejecutar la técnica antes de que ella se lanzara a por él de nuevo con la katana, pero sí a crear el vórtice justo delante de él, para que actuase como barrera y, al mismo tiempo, le crease una oportunidad de volver a atraparla en una de sus combinaciones. En uno de sus ataques con Yamato, la demonio parece que reaccionó y bloqueó con su naginata, forzando a ambos contendientes a separarse.

 

Vergil seguía teniendo la sensación de que ella no estaba empleándose a fondo incluso aunque la mejora había sido cuando menos notable. Esta vez volvió a hablar, esbozando una media sonrisa malévola.

 

       - Parece que se acabaron los preliminares, aunque sigo pensando que Mundus debería haber enviado a alguien mucho más fuerte.

 

 

 

La demonio esta vez respondería sólo con un grito, antes de empezar un nuevo ataque. Ahora sí parecía estar dándolo todo, sus flechas de fuego no explotaban al impactar como antes, pero a cambio las creaba y disparaba a una velocidad cuando menos asombrosa, hasta el punto de que Vergil se tuvo que limitar a girar su katana a gran velocidad para bloquearlas, a pesar de no poder responder con otro ataque en esa posición. Claro que al final tomó aire y manifestó sobre la demonio unas ocho espadas fantasmagóricas. Por supuesto, estaba seguro de que ella podría bloquearlas o esquivarlas al no estar siendo víctima de otro ataque de Vergil, pero eso era justo lo que quería. Mientras ella las bloqueaba con su arco, él pudo aprovechar para teleportarse, apareciendo delante de ella y levantándola por los aires con su katana, procediendo a una combinación aérea que terminaría con una patada giratoria descendente con Beowulf destinada a estamparla contra el suelo. Ella se repuso rápidamente, intentando aprovechar el que Vergil aún seguía en el aire para atacarle de nuevo con el arco, mas Vergil lo que hizo fue caer en picado con la espada, forzándola a esquivar y así retomar la posición inicial. Luego ella acometió con la katana, mucho más rápida que antes. Tuvieron un  intercambio tan rápido que el aire que sus ataques movían llegó a ser tan intenso como para apagar las llamas creadas por los ataques de la usuaria de armas japonesas. Por encima de sus cabezas las espadas bailaban a un ritmo y con una fluidez tan enorme que probablemente alguien podría pensar que al terminar el perdedor le gritaría “te odio” como en aquella saga de películas tan famosa.

 

No sería así como sucederían las cosas, no. Lo que pasó es que Vergil fue ligeramente más rápido, lo cual le permitió crear la ocasión de desarmar a su rival y asestarle un poderoso corte en el pecho. Habría seguido pero ella no se dejó amedrentar y cambió enseguida a la naginata para alejarle de él.

 

             - No está mal… ¿cómo te llamas?

 

Le ha preguntado el nombre a la demonio, pues eso es señal de que la respeta, quiere saber a quién ha de recordar como una de sus batallas más entretenidas en mucho tiempo. La mujer, sin haber dejado de derramar lágrimas en ningún momento le revelaría el dato que quiere saber.

My Name - Naruto Shippuden OST
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                 “Mi nombre… es Zinnia”

 

No le dejaría cuartel, ahora la demonio volvía a liberar sus flechas a toda velocidad, forzando a Vergil a una posición defensiva. Esta vez fue ella la que dejó de disparar, pero porque estaba cargando energía. Vergil estuvo a punto de teleportarse delante de ella de nuevo, no lo hizo al ver cómo ella acumulaba esa energía y menos mal, porque si no se habría visto siendo presa de una enorme flecha de llamas que seguro que le habría dejado para el arrastre. De hecho, la única forma que tuvo de minimizar los daños fue cargando él energía en uno de sus puños equipado con Beowulf para dar un puñetazo tan fuerte que crease una onda expansiva que sofocase las llamas. Aun así, recibió parte del impacto en su puño y eso le pasó factura a su concentración. No tardaría mucho en acabar maldiciendo por lo bajo, ha recibido un daño considerable, aunque ella también parecía bastante cansada por gastar tanta energía.

 

Ambos parecieron tomarse una pausa necesaria, él para recuperar del todo la concentración y ella para poder seguir creando llamas sin agotarse. Una vez Vergil sintió que podía meterse de nuevo de lleno en el fragor de la batalla, esbozó una sonrisa y susurró.

 

          - Ahora… estoy motivado.

 

Dicho lo cual, la apariencia del albino cambiaría a la de su forma de demonio, mientras que Zinnia envolvería su naginata en llamas para otro potente ataque. Esta vez Vergil no golpearía con Beowulf la hoja, sino que lo haría en el mango para desestabilizarla y lanzar el ataque final.  En forma demoníaca, aprovechó la vulnerabilidad de su rival para lanzar una infinidad de cortes con Yamato a toda velocidad, creando con cada uno de ellos una espada de energía sobre la cabeza de la demonio. Tras un sinfín de estos cortes, el hijo de Sparda se daría la vuelta, envainando su arma mientras vuelve a forma humana. Cuando la espada estuviera del todo en su vaina, todas aquellas espadas caerían sobre Zinnia, rematándola.

 

Ahora ella podría descansar en paz, libre del control de Mundus. Su alma era libre de pasar al otro lado o de unirse a él como su arma. Vergil, pase lo que pase, guardará un gran recuerdo de este combate y se irá a casa con la satisfacción de haber vencido a un general de Mundus… como mínimo.

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